HUGO MAYO
(1897-1988)
(1897-1988)
Hugo Mayo (1897-1988), seudónimo de Miguel
Augusto Egas; escritor y poeta,
nacio en la ciudad de Manta, pero desarrollo la mayor parte de su obra en
Guayaquil. Fue parte de la vanguardia literaria del Ecuador de la primera mitad
del siglo XX.
Durante
años fue empleado municipal en Guayaquil, tiempo en el cual tuvo correspondencia
con escritores franceses como Apollinaire y otros.
Su
influencia en Ecuador fue limitada, no así en el exterior, donde fue reconocido
como uno de los mejores poetas de su tiempo en Argentina y Perú, Dadaísta en el
art, políticamente tendió a ciertas posturas anarquistas pero sin estar clara
su militancia política ya que existen diversos rumores respecto a esta.
Poeta
ecuatoriano, nacido en manta en la provincia de Manabí en 1898 y fallecido en
Guayaquil en 1988. Aunque su verdadero nombre era el de Miguel Augusto Egas,
fue conocido en el panorama cultural ecuatoriano del siglo xx por su pseudónimo
literario de Hugo Mayo. Autor de una audaz y brillante producción poética
caracterizada por su afán de iteverencia, su radical transgresión de modelos
formales y temáticos y si enfoque abiertamente iconoclasta, esta considerado
como el primer y tal vez el único poeta vanguardista de las letras
ecuatorianas.
Inclinado
desde su juventud hacia el cultivo de la creación literaria, hacia 1918 se dio
a conocer en los foros y cenáculos poéticos de su país natal por medio de una
serie de poemas primerizos se fue dejando impresos en diferentes revistas
culturales; a partir de entonces, toda su obra fue viendo la luz a través de
este cauce, y en pocos años Hugo Mayo era una firma respetada y acreditada no
solo en las publicaciones literarias de Ecuador, sino en otras muchas revistas
del resto del subcontinente américa y de Europa. Por extraño que pueda parecer,
la fama que alcanzo por estas composiciones diseminadas por las paginas de los
medios de comunicación de todo el mundo no le impulso a recopilar sus poemas en
formato de libro hasta la década de los años setenta, cuando el ya septuagenario
Hugo Mayo dio la imprenta El regreso (Guayaquil: Casa de la Cultura,1973) el
primer volumen de versos de un “joven” poeta que, a sus setenta y cinco años de
edad, había decidió dar a conocer a las nuevas generaciones literarias
ecuatorianas el trabajo de un compatriota suyo que se había relacionado con los
principales autores vanguardistas de todo el mundo.
Considerado
como el gran poeta dadaísta de Ecuador, Hugo Mayo sembró su poesía juvenil de
violentas innovaciones experimentales que van desde la explotación lirica de lo
absurdo.
Con el
paso de los años, el poeta de manta fue despojado poco a poco de furor
experimental propio del dadaísmo, aunque no dejo de recurrir en todo el momento
a la gran riqueza y variedad de recursos formales y temáticos que había
asimilado durante sus años de permanente contacto con lo ms granado de la
vanguardia. Ya octogenario, supo valorar y elogiar el dadaísmo como un
“movimiento que destruyo el mundo poético antiguo para luego crear algo nuevo”,
palabra que, pronunciadas a comienzo de la década de los años ochenta,
recabaron la atención de las nuevas promociones de escritores, quienes también
leyeron con asombro y admiración la producción poética posterior de Hugo Mayo,
mucho mas cercana a los “anti poemas” del chileno Nicanor Parra.
Poemas
La vida es un traspie.
Si digo “treinta y tres” –orden del medico-
Me golpea mi propio yo adentro
Y hasta me voy hundiendo
Y tapateado corazón se bate a solas
No se si pido lo imposible
Que aunque me resulta un quitasueño
La vida es un traspié buscado
Y a mi manera cruzar la mar intento
Pero hay agua maligna en sus mareas
Y a que esa eñal que no descifro
Si en la espelunca donde me encierro
Escribo mi vida en un poema.
La receta final
Sardesco un perengano
Se marcho sin lograr la paciencia
Parcelando su barba
Pero se detuvo cuando vio le perseguia
Un perro Collie propiedad de un peluquero
“La Risa Seca” –la peluquería-
Tenia un letrero:
“Solo de 12 a 1 se atiende a forasteros”
El sardesco recordó
Lo ue le dijo la gitana:
“Para viajar hay que afeitarse y tomar un taxi
tranquilamente una mañana o antes”.
Vision de la esquina
Antonio Bellolio,
Clínico de la línea.
Fedala
Un cisne
Un cirrus
Aterrizado
Una burbija
De eter
Una flor
Que despetala
Un suspiro
alivador
Una interrogatoria
Annie
Una mariposa
La antena
De los corazones
Los aspas
De un molino
La celula
De las espirales
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